viernes, 28 de febrero de 2014

Viajar con niños es divertido. Parte 2

¿Qué es para nosotros imprescindible para viajar con niños? Cada familia es un mundo pero a nosotros desde luego nos han ido muy bien:

Visitando cosas bonitas en el fular
- Portear. Desde el nacimiento porteamos a nuestras hijas. Esto marca un antes y un después en los viajes. Te cargas al niño encima pero te quitas pesos, carros, bolsas, abrir y cerrar carros, te liberas las manos....además de permitirte moverte como si no tuvieras niños. Porteando no tendrás problemas en embarques, visitas a monumentos, jardines o lugares con encanto con escaleras, bares de tapeo, calles estrechas, lugares abarrotados, centros comerciales, cuestas pronunciadas. Podrás además controlar mucho más a tu pequeño. Te permite ir relatándole lo que ves, le proteges del frío, del sol, de los desconocidos. Le aportas seguridad, tranquilidad y unas vistas mucho más agradables. La verdad es que desde que nació mi primera bebé a mi me resultaba impensable separarme de ella para pasear. Así que integré el portabebés en mi vida cotidiana y en todas mis salidas y tambien en casa, pero si hablamos de viajar se convierte en un elemento como digo, imprescindible. Es importante que porteen los dos, papá y mamá. Porque así os podéis turnar cuando la jornada sea larga o cuando el bebé vaya pesando o simplemente quiera cambiar de vistas y de porteador. Si se portea desde pequeño mejor porque así vamos fortaleciendo la espalda poco a poco y verdaderamente se va controlando el tema y la habilidad para subirlo y bajarlo rápidamente.

Con papi

- Cobertor. Especialmente en invierno. Te permite abrigar y desabrigar rápidamente al bebé lo que es importante al entrar en transportes públicos, centros comerciales, museos.....y te permite abrigarlo cómodamente si de repente sopla viento, empieza a llover o se visita un sitio más frío. El cobertor sirve como mantita también en aviones, trenes, coches donde pudieras trasladarte con el bebé. Nosotros lo tenemos con una capa impermeable desmontable y así es todo terreno. Así el bebé va en el portabebés sin abrigo, más cómodo y el cobertor le cubre por encima. A mí me encanta y como me he encontrado últimamente con mamás que me preguntan como me las apaño, os lo cuento. Para toda la información que necesites sobre este tema te recomiendo que visites la web de Red Canguro. Además puedes encontrar numerosas tiendas online que ofrecen vídeos y blogs informativos sobre los tipos de portabebés, nudos, etc. Si te apetece viajar, el porteo es una gran opción.

Preparadas para otro viaje

- La teta. Al margen de ser el alimento normal y natural que todos los bebés deberían recibir y de sus sobradas y demostradas ventajas sobre cualquier tipo de sustituto, sólo hablando de viajes, únicamente pensando en su utilidad en los viajes me parece que la teta se lleva la palma sobre cualquier otro elemento imprescindible. Tetar te permite llevar la comida del bebé puesta y dispuesta a la temperatura adecuada en cualquier momento y lugar. De manera que te evitas preocuparte por pararte, calentar, preparar....en fin, que ni me imagino nuestro trajín viajero sin teta. La teta no sólo es alimento, si no también refugio, cobijo, tranquilidad. La teta ha permitido que nuestra niña fuera tranquila y relajada en avión, barco, autobus, tren (la mayor parte del tiempo, ver último punto)o esperar largas colas. En avión además, los niños hasta los 2 años van en brazos, agarrados al progenitor mediante un cinturón adicional. Poder llevarla en brazos, y darle teta nos ha facilitado mucho los viajes. Además en el despegue y aterrizaje los cambios de presión se aminoran mamando por lo que así le evitamos al bebé cualquier molestia. Evidentemente si el viaje es largo hacen falta más cosas para distraerlos y hacer que el viaje sea ameno pero la teta es un elemento muy muy importante y muy práctico.

Tapeando juntas

- Otro aspecto que nos ha resultado muy práctico para viajar ha sido la introducción de alimentos mediante trocitos desde los 7 meses. La práctica denominada baby led weaning (BLW) es la manera más natural de aprender a enseñar a comer alimentación complementaria a los bebés y la verdad es que para los viajes también facilita mucho las cosas. Permite no tener que llevar comida encima o llevar exactamente el mismo piscolabis que podría llevar cualquier adulto (pan, frutas a trocitos, embutidos cortaditos, patatitas, dulces....). Además viajar es también una experiencia gastronómica para los más pequeños si no se les ponen limitaciones. Y cuando van siendo mayores lo bueno es que se comen igual un plato de sopa que un plato de sushi.

Practicando en un japo

- Llevar todo en una mochila. Siempre llevamos una mochila con los "básicos". Aunque salgamos a por el pan vaya! Pañales, toallas húmedas, botella de agua, muda, toallas pequeñas para secar, suero fisiológico, barra de arnica y un par de calcetines. Hemos usado muchas, pero últimamente hemos decidido que sea un elemento personalizado y un recuerdo para toda la vida, así que contamos con una mochila de patchwork que nos ha hecho la abuelita de las niñas. Preciosísima, no digo más. Esperamos que "envejezca" mucho y vea muchos destinos con nosotros.

Mochila chachipiruli de la abuela

- Buscar las ventajas. En ocasiones viajar con niños permite algunas ventajas que merece la pena aprovechar. Por ejemplo, en la mayoría de las compañías de avión permiten embarcar junto a las filas preferentes, esto facilita entrar al avión cuando aún no es tan agobiante y colocar mejor el equipaje de mano. Eso sí, no toméis asiento tan pronto o el niño se aburrirá soberanamente antes del vuelo. Aprovecha para explicarle lo que va a pasar o para saludar y dar la bienvenida a los pasajeros, total...les vais a ir conociendo durante el vuelo casi con toda seguridad. Si viajas en coche también suele haber sitios prioritarios para aparcar. Si viajáis en tren y no lleva un asiento asignado, como suele ocurrir en casi toda Europa buscad un vagón de vuestra clase que esté un poco más vacío. Lo ideal es encontrar asientos para poder saltar, alguna mesita para pintar, suelo enmoquetado para gatear y sentarse, jugar o ver pelis o coincidir con más niños en un vagón. Puede que os miren raro porque la liarán parda pero al menos los peques se lo pasarán bien, el viaje se os hará más cortito y el adulto al que molestéis que se lo haga mirar....Incluso en España nosotros hemos pedido cambio de vagón en alguna ocasión para coincidir con más niños y la gente suele acceder gustosa.

Esto también es aplicable a los hoteles. Nosotros siempre pedimos cama de matrimonio para que Lu pueda dormir en medio (ahora que somos uno más ya os contaré como nos los apañamos ;)) y aunque suelen escasear al insistir en el tema bebé suelen buscarte una. Si no, siempre les doy la opción de que nos hagan la cama juntando dos camas, así aunque haya dos camas, usando sabanas de cama grande no hay posibilidad de que se separen y se caiga por medio. Suelen ser bastante comprensivos. Igual que pidiendo extra de almohadas o de toallas. Cuando el bebé es menor de 2 años no suelen poner nada para el bebé (ya que se aloja gratis) pero si lo pides suelen ser muy comprensivos, ponerte en habitaciones más amplias o ponerte en habitaciones un poco más aisladas, lo que se agradece porque es casi inevitable que seamos un poco ruidosos. Lo mismo para los desayunos. Suelen facilitar bastante las cosas (que se baje a desayunar por separado y que uno suba parte del desayuno a la habitación si el bebé aún duerme) o que limpien la habitación más tarde. Esto lo hemos solicitado cuando yo me iba de congreso temprano y papi se quedaba en la habitación con la peque. Ellos salían más tarde y avisaban al servicio de habitaciones. Ir con bebé hace perdonables todas estas cosas sin problema. Utilizadlas para organizar mejor el día, salir más tarde, sin prisa y que el día sea menos estresante.


- Controlar la temperatura del niño. Esto parecerá una chorrada pero de verdad que es fundamental. Cuando un bebé de repente tiene calor, tiene calor. Se pone a llorar y no se entiende que pasa. Mis hijas son bastante calurosas y en cuanto en un vagón suben la calefacción, en un centro comercial hace calorcito o en el avión aún no han puesto la ventilación, entramos en crisis. ¿Solución? vestirlas por capas en los viajes. Siempre camiseta interior de manga corta para el momento "me asfixio y me voy a poner a llorar ya!" (se les ponen las mejillas sonrosadas y empiezan a moverse inquietos incluso en el fular, si les observas es que se nota "el subidón"). Jersey o chaquetita fácil de poner y quitar para cuando se aclimatan, y mantita de algodón transpirable y suave (o el cobertor) cuando ya se duermen (a veces en camiseta) porque ya ha bajado la temperatura. También funciona darse un paseo por las conexiones entre vagones porque suelen estar más frescas (he hecho viajes Madrid-Málaga o Madrid-Santander en estos espacios).

El bebé aclimatándose

- Localizar un baño en la estación, tren o avión porque las cacas explosivas desbordantes llegan sin previo aviso y llevar siempre una muda encima. Esto bajo mi punto de vista también es frecuente porque los viajes suelen ser temprano y coincidentes con los horarios "caquiles". Además es entretenido ir al baño, lavarse las manitas, usar los dispensadores automáticos de jabón, los secadores de manos....un mundo de diversión oiga!.

- Llevar en la maleta algo de comida y comprar agua en destino. Pero mucho agua. Aunque en muchos hoteles hay mueble bar tanto el agua como los piscolabis suelen ser carísimos y en muchas ocasiones inapropiados (suelen ser frutos secos) así que hay que llevar siempre algo en la maleta, preferiblemente envasado al vacío. En el norte de Europa puedes vértelas y deseártelas para cenar más allá de las 9 así que para nosotros es fundamental podemos ofrecer una cena a horas "normales" sobre todo hasta que se acomoden horarios al viaje, leche con colacao antes de dormir si ya no toma teta o si le gusta (mi niña es fan, así que llevamos bricks de leche o batidos) y agua porque en cualquier estancia de hotel se bebe muchísima agua, así que es lo primero que compramos al llegar, al menos 6 botellines de agua. Viajar con algo de comida te garantiza poder sentirte en el hotel como en casa si al final todos estamos cansados o ya es tarde para buscar una opción mejor.

Lucía buscando la puerta de embarque
- Aceptar que vas con niños y los niños seguirán siendo niños en los viajes. Esto parece una evidencia pero no. A veces tendemos a pensar que se van a estar quietos, van a andar rápido o van a quedarse calladitos cuando lo necesitemos. Aunque sea por una vez y porque de verdad "lo necesitamos". Y suele ser que no. Así que por salud mental yo cuento con llegar tarde (así que hay que salir mucho antes a todo), ver la mitad de las cosas que me he propuesto, y llamar la atención donde vayamos. A veces suena la flauta, llegamos bien, hacemos rutas perfectas y se porta mejor que muchos adultos (recuerdo un vuelo que pasó completamente dormida y un adolescente no dejaba de vomitar, levantarse, gritar, todas las azafatas a su alrededor...y un viajero me dijo, ¡y yo creí que iba a dar guerra el bebé!). Pero vamos, esto no es lo normal, jeje. Lo normal es hacerse amigo de medio vagón o medio avión, conocerse todas las estaciones de servicio entre dos trayectos en coche, y llegar a destino agotados de cantar, jugar, y concentrar toda tu imaginación en superar el viaje.


Lo bueno es que compensa. Es que a un bebé un tranvía le puede flipar, mirar las nubes le alucina, conocer amigos en un tren o recorrérselo gateando puede ser una gran aventura y no sólo también llegan agotados, además lo hacen llenos de experiencias y posiblemente con muchas más conexiones neuronales activas a pleno rendimiento. Yo aún alucino viendo a mi Lu pasearse por los aeropuertos como Pedro por su casa, facturar su maleta o pasar la seguridad como si lo hubiera hecho siempre. También es fantástico ver que tu hija puede dar un toque de humanidad y de alegría a un frío congreso de ingeniería donde todos acaban con una sonrisa hablándote de sus hijos/nietos/sobrinos...porque todos tenemos niños alrededor aunque a veces lo olvidemos.


Lucía recogiendo acreditación para un congreso :)
En cualquier caso, y si llevas mal lo de "llamar la atención" o crees que los demás no entenderán los berrinches de tu hijo, o que salte de brazo en brazo en el avión, o que no se esté quieto más de 10 minutos en el tren siempre puedes hacer lo que sugiere este papa en este enlace tan divertido, dar una nota informativa a tus compañeros de viaje, invitarles a recoger los tapones para los oidos que previamente has comprado y convidarles a un dulce por las "molestias" (yo me lo apunto como superidea para el próximo vuelo de 16 horas con las dos!). Aunque yo también voto por intentar cambiar un poquito el mundo, que la gente recuerde que los niños son niños y que si queremos respetarlos e integrarlos en nuestras vidas (y no aparcarlos en casa hasta que sean "como nosotros") es necesario un poco de comprensión. Nunca estaré suficientemente agradecida a todos los viajeros que me han ayudado en sus/nuestros viajes (sobre todo preñadísima y viajando sola con la mayor) a entretener a mi niña. A hacerle gracias, a maquillarla o untarle crema, a ofrecerle un trocito de bocata, a cambiarle ene veces el asiento o a subirme y bajarme diez veces la mochila con sus cosas y juguetes y recogerlas tras ser convenientemente desparramadas por el vagón. Hasta los más serios y más ocupados viajeros han caído rendidos a su sonrisa y esto hace la vida un poquito más amena. ¿No crees?

¿Añadirías algo a esta lista?, seguro que me vendrá fenomenal completarla ¡¡que estamos preparando más viajes!!.

jueves, 13 de febrero de 2014

Viajar con niños es divertido. Parte 1

A veces se transmite la idea de que viajar con niños es imposible, engorroso, complicado....desde mi experiencia como viajera pre-niños y ahora con niños puedo deciros que no sólo es posible si no una experiencia maravillosa. Al margen de que el viaje y el lugar de destino merezcan la pena, viajar con niños te permite re-descubrir el mundo a través de sus ojos, darle importancia a detalles que como adulto a veces ya nos pasan desapercibidos y disfrutar al máximo de cada pequeñísimo detalle del camino. A los que os guste viajar y vayáis a tener niños os aconsejo que nadie os quite las ganas porque con unos pequeños ajustes estos viajes se convierten en la salsa de la vida, en un aprendizaje para todos, papás y niños. En recuerdos imborrables para la familia y en una unión y complicidad entre todos. Yo soy de la teoría de que las parejas no se conocen verdaderamente hasta que no han viajado juntas. Pues con los niños es igual. Hasta que no te has visto en mil situaciones insólitas, has toreado situaciones complicadas como una caca explosiva a punto de coger un AVE en una estación sin cambiador o te las ha apañado para que cene en Suiza a las once de la noche no sabes lo que te estás perdiendo. Es muy "divertido" solventar estas cosas...pero también insustituible por ninguna otra experiencia. No te lo pierdas, de verdad.

Las vistas desde el tren o el avión se re-descubren:


Las flores del camino se transforman en verdaderas maravillas. Nunca habíamos pensado que aprender a deshojar una margarita pudiera ser tan sumamente especial. Mi niña que es muy positiva las deshoja diciendo "sí, sí, sí"...el resultado es previsible pero le encanta jiji.


Un viaje en metro puede ser una aventura de ruidos, gentes, caras, movimiento. Este viaje a Barcelona fue el primero de muchos de los que hemos hecho juntos, le tenemos mucho cariño. Lo hicimos cuando Lu tenía 3 meses y nos rompió muchos falsos mitos y las barreras para no parar.



Las camas de los hoteles se prueban a conciencia, a un nuevo nivel que implica saltos, desplazamientos, capacidad para juntar camas, pegarlas a la pared, inventarse mesillas, en fin, todo un mundo para mejorar la comodidad de todos.



Nunca sabes qué amigos puedes hacer esperando un avión o paseando por un bosque pero eso sí, el viaje siempre estará lleno de experiencias inolvidables.


Un viaje en barco puede ser la mayor de las aventuras si tu bebé ya camina y quiere ir de proa a popa, probar los salvavidas o visitar la cabina de control. Eso sí, dar teta con un paisaje espectacular y el viento dándote en la cara con tu niña preciosa riendo es de las cosas más bucólicas que he hecho.


Sólo desde que nació Lucía (y no estamos incluyendo un viaje a Mónaco embarazadísima de 35 semanas ;)) hemos viajado por gran parte de la geografía española (Alicante, Barcelona, La Rioja, Córdoba, Madrid, Guadalajara sin contar nuestros mil viajes Málaga-Ciudad Real...) si no que también hemos hecho algunos viajes por Europa (Suiza, Alemania...) Y ya tenemos planificados viajes transoceánicos, no sólo con Lucía si no también con nuestra pequeña Maya, así que creo que podemos aportaros una experiencia interesante. Vamos a escribir algunas entradas contando cositas que a nosotros nos han funcionado muy bien y que quizá puedan servirte de ayuda si aún te da miedo viajar y lanzarte. No te las pierdas ;)

¿A qué estás esperando? ¿Cuál es tu próximo destino?

Volvemos jugando

¡¡La manada ha crecido!! Ahora somos uno más y en este año de desconexión hemos crecido también como papás. Hemos estado muuuuy ocupados cuidando el crecimiento de nuestra hija mayor, a un ritmo frenético en nuestras carreras profesionales, preparando un parto maravilloso en casa....el pobre blog se nos había quedado abandonado, pero como las experiencias a veces son más intensas cuando se escriben y se comparten vamos a intentar retomar algunas de nuestras cositas.

Una de las cosas que más tiempo nos ocupa cada día es el juego. Hacemos muchísimas cosas con nuestra hija mayor porque lo demanda y le apasiona. Se despierta diciendo " a ver, a ver...". Así que nos pasamos el día inventando. Casi siempre utilizamos materiales reciclados, aprovechamos todo lo que cae en nuestras manos y dado que trabajamos y además tenemos otro bebé el grado de preparación no es muy alto, lo hacemos sobre la marcha, pero las actividades son muy resultonas, así que creemos que para muchos puede ser interesante y os pueden inspirar nuevos juegos. No vamos a descubrir nada pero a veces los juegos más sencillos no son evidentes a nuestros ojos y tendemos a complicarnos un poco. Echándole imaginación y ganas, consultando varios blogs inspiradores y algunos grupos de facebook que nos dan ideas cada día, salen cositas verdaderamente sencillas y divertidas.

Hoy os traemos un juego de ensartar de lo más fácil. Necesitamos:

- Palillos largos Nosotras usamos los de cocina de pinchos morunos, valen también palillos chinos.
- Plastilina. Nosotras usamos la casera de la receta de las tigris (uno de nuestros blogs favoritos ;) )
- Pajitas de colores cortadas a trocitos. También se pueden usar macarrones, botones u otras cuentas.
- Tapete para concentrarnos en la actividad. Nosotras usamos una cartulina.

1 minuto de preparación.


Se preparan los pinchos y se dejan a disposición las pajitas cortadas y a jugar! Lu enseguida decidió clasificarlas por colores y en el momento en que intenté meter una de un color diferente me lo explicó, "no, no, esa no va ahí". Las reglas del juego ya habían quedado claras. Cuando se cansó decidió hacer series alternadas de colores. Luego decidió jugar a agujerear la plastilina con los palillos, a clavar las pajitas en la plastilina y sacar pequeñas bolitas de plastilina que luego utilizó para hacer comiditas y terminó ensartando los palillos con los rotuladores...vamos que dio para muchas opciones divertidas diferentes. Así además de divertirse, con este juego ha practicado su psicomotricidad, la clasificación por colores, la creación de series, y la inventiva porque casi todos los juegos se los inventó ella sola.

Otra variante de este juego consiste en utilizar:

- Palillos pequeños
- Alguna superficie de corcho o poliespan de cualquier embalaje.
- Martillo para niños. Nosotras usamos uno de madera de una caja de herramientas de Legler.
- Pajitas.



En este caso Lu tenía mucho más trabajo :) Tuvo que preparar los palillos porque eran de esos que venían envueltos individualmente, clavarlos en el poliespan, que es verdaderamente una tarea que requiere bastante habilidad, y luego insertar las pajitas. Al principio escribimos su nombre en el poliespan por si quería ir siguiendo el trazo. La verdad es que no lo hizo, pero sí clavó un palillo por letra. Estaba superorgullosa de su creación. Venga, seguro que se os ocurren otras muchas variantes de este juego de habilidad.

¡Que lo disfrutéis!